Leyendo Mujercitas (testimonios I)

En el grupo han ido surgiendo "tareas" en formato de propuestas para compartir y conversar. Abrimos esta sección "Leyendo Mujercitas" para compartir los testimonios de las lectoras y lectores.  Iremos compartiendo varios testimonios en cada posteo de esta sección. Pueden compartir sus propios testimonios en los comentarios.

Las instrucciones de la "tarea" eran estas:


Armar un párrafo (puede ser breve o largo, no hay límites de extensión) y compartirlo en UN SOLO COMENTARIO de whatsapp (así podemos seguir con más comodidad la conversación entre todos) abordando todas o algunas de las preguntas que siguen a continuación. Hay una consigna para quienes están RELEYENDO y otra para los que leen por PRIMERA VEZ la historia.

>CONSIGNA para las que están RE-LEYENDO Mujercitas
¿A qué edad lo leyeron por primera vez? ¿Quién les acercó la lectura, hubo algún mediador ahí o el libro simplemente estaba a mano? ¿Leyeron solas o con alguien o en grupo? ¿Se identificaron con algún personaje, en caso que sí, con cuál? ¿Lo leyeron más de una vez? ¿Sienten que de alguna manera la historia las marcó de alguna manera, si es así cuál? ¿le recomendaron el libro alguien en algún momento? Ahora ¿lo están releyendo solas o con alguien más (por fuera de este grupo)? ¿Qué están sintiendo mientras leen ahora? ¿Hay cosas que los estén sorprendiendo, que no recordaran o todo lo contrario? Si pudieran resumir en un par de palabras que sinteticen para ustedes la experiencia de esta relectura ¿cuál/es serían? En síntesis su historia personal con el libro.

>CONSIGNA para las que están LEYENDO Mujercitas POR PRIMERA VEZ
¿Por qué creen que no leyeron nunca la historia? ¿no la conocían, no la tuvieron a mano o eligieron no leerla? Más allá de que nunca hubieran leído el libro ¿conocían la historia? ¿Qué los motivó a sumarse a esta lectura para leer Mujercitas en este momento de sus vidas? ¿Lo están releyendo solas o con alguien más (por fuera de este grupo)? ¿Qué están sintiendo mientras leen la historia? ¿La están disfrutando? ¿Creen que sigue teniendo vigencia? Si pudieran resumir en un par de palabras que sinteticen para ustedes la experiencia de lectura que están teniendo ¿cuál/es serían?

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Hola!!! Debo haber leído Mujercitas alrededor de los diez años, estaba  en la escuela primaria, de eso no tengo dudas. Así que de esto hace muuuuuchos años, soy del 63, hagan cuentas. El libro estaba a mano, en la biblioteca familiar, como muchos otros títulos de la Colección Robin Hood. Después ya me hice adicta a la Alcott y seguí con Hombrecitos, Bajo las lilas, Las Mujercitas se casan, Una chica a la antigua... Algunos títulos recuerdo haberlos comprado en la única librería del barrio, pero ya en la Colección Billiken, los de tapa roja. Leía o, más bien, devoraba sola, tal como ahora hago la relectura. En casa no hubo mediadores pero sí buenos libros a los que podíamos acceder. Quizás lo releí, quizás no 🤷🏽‍♀🤷🏽‍♀ Pero sí recuerdo que Jo era mi personaje preferido y me identificaba con ese mundo femenino: soy la mayor de cinco hermanas. Hoy es un desafío leer nuevamente este título con ojos de adulta y con otras experiencias de vida. Me llama la atención cómo construye la autora este mundo de mujeres, sobre todo el personaje de Jo. En esta nueva lectura me "molestan" bastante los sermones de Marmee, pero entiendo el contexto en que fue escrita la novela. A aquella experiencia lejana creo que nada la empañó o la misma lejanía hace de ese acto lector algo idealizado... Y no quiero dejar de mencionar el tránsito por esta vivencia enriquecedora y nueva para mí que es formar parte de este  grupo de mujeres apasionadas por la literatura.
Virginia

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Leí Mujercitas por primera vez cuando tenía diez años, tal vez. No lo recuerdo. Era una época en la que era clienta de una librería de usados de la calle Rioja en Córdoba, y traía pilas de libros de Billiken y Robin Hood por poco precio. Nadie me lo recomendó, las colecciones y el precio eran datos suficientes referencias (como para desacralizar el origen de mis lecturas, esto basta). No recuerdo cuando fue , entonces, la primera vez; tampoco podría decir cuantas veces lo leí porque son incontables. Hablando de leer y releer y sin temor a spoilear, comparto experiencias de lectura de dos  capítulos. Uno de ellos (tal vez puedan imaginar cuál) lo leí una sola vez y jamás lo volví a tocar, ni siquiera por ustedes (lo salteé en esta relectura también). Otro capítulo lo leí mil veces y cada vez que lo hice, tuve la secreta esperanza de que su desenlace fuera diferente. Tampoco spoileo si les digo que no, no fue diferente😕. Lamentablemente no estamos ante un libro de las características de aquel que leyó Bastian Baltasar Bux. 
Volviendo a Mujercitas, ese libro es parte de mí de maneras que ni yo misma dimensiono: es parte de lo que elegí para mí vida, de lo que creo y de lo que soy. Especialmente su primera parte tuvo en mi un anclaje moral que me costó desarmar durante mi adolescencia y mi adultez. Ese anclaje tuvo que ver con la hermosura de la mujer, la politicidad de esa hermosura, si quieren. Me interesa el tema así que lo voy a seguir indagando -por eso leí Detrás de la máscara - y tal vez podamos discutirlo alguna vez.
Curiosamente, nunca recomendé el libro. Tal vez porque cuando era chica no tenía a quién, y de grande ya me encontré con puros Grandes Lectores  que no bancaban ni la literatura para niñes ni -menos aún- las novelas escritas "para jovencitas" a fines del siglo XIX.
Le debo a Sandra Comino el hecho de que mis lecturas: Alcott, Montgomery, Brontë, Austen, hayan "salido del closet". Menos mal.
Hoy releo Mujercitas en un reencuentro con esa lectora que fui y disfruto encontrarme en tantos pasajes con la mirada intacta. En otros puedo establecer matices y establecer vínculos más contextuales.
Por último, leo sola pero leo con ustedes y esta experiencia me parece inmensa: estamos a la vez unidas en una sinergia colectiva que nos une a generaciones y generaciones de mujeres que se han abierto paso de la mano de Jo en el camino de la lectura, la escritura y el teatro. Muchas, muchas, muchísimas gracias por esto.
Ana

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Leí Mujercitas por primera vez a mis diez u once años. Recuerdo muy nítidamente cómo lo conocí, porque fue la primera vez que una persona amiga, niña, me recomendó un libro. Lo hizo con tanta vehemencia que aquí estoy. Nuestras bisabuelas habian viajado juntas desde Galicia y desde entonces las familias tenían un vínculo de madrinas, abuelas y primas. Sí: mayoría mujeres.
Ese día, cuando llegamos a su casa Bochita, que era mi prima-amiga estaba en  la cama leyendo Mujercitas. Me presentó a las hermanas March, me explicó por qué su favorita era Jo e hizo un juego de palabras entre Jo y yo, que pronunciaba igual.
No sé cómo conseguí mi propio libro, edición de Sigmar. Supongo que fue regalo de mi madrina que era el hada madrina de los libros.
Lo leí infinitas veces, hasta que descubrí en la biblioteca de la escuela los otros libros de Alcott en la colección Robin. Hood. Cómo tantas contaron, tuve que leerlos a todos en orden y en desorden. Pero ninguno fue tan impactante como el primero. Mí personaje favorito fue Jo, porque deseaba ser así de decidida, aunque era tímida y vergonzosa. Además vibraba con los libros, y eso sí que era parte de mí vida. Intenté contagiar de la fiebre de Mujercitas a mis amistades del barrio pero no lo logré. Lo que más deseaba era tener un buzón en el jardín... Pero nunca funcionó...
En la relectura me pasaron varias cosas:
Por un lado, la misma exiperiencia de entrar a un mundo entrañable y no querer ni poder salir. El primer capítulo es perfecto!!!! Una lectura subyugante (me devoré las dos partes completas en pocos días) porque las mujercitas son personajes muy interesantes, se sienten vivas.
Por otro lado, entre los años y la nueva traducción me sorprendí con el personaje de Marmee, su rol, sus discursos... Evidentemente había leído una versión muy reducida y centrada en la acción.
También está vez disfrute mucho más de la primera parte que de la segunda, donde parece que todos sabemos hacia donde van los personajes. En la primera hay más movimiento y sorpresa. En la segunda, la  escritura por encargo parece ganar la partida.
La lectura compartida me permitió además conversar sobre el libro con sobrinas, nuera y ahijada. Las más jóvenes, 20 añitos, no lo leyeron. Con las otras, somos parte de la misma cofradía: las que hicimos junto a las hermanas March la experiencia de leer, pensarnos y crecer.
Estela

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 La primera vez q leí Mujercitas tenía 9 años. Lo recuerdo exactamente Porq era una edición/ versión hiper reducida de Clásicos Infantiles q venían con la revista Anteojito. Aún hoy tengo ese librito de color rojo. Desde el primer momento me enamoré de la historia de las hermanas March y decidí años después buscar en la biblioteca de mi pueblo alguna edición q me diera más datos; Porq con mi librito rojo estaba llena de preguntas! ( por esa colección también me enamoré de La Princesa del Guisante y de La Cerillerita, pero eso ya es otra historia). Lo leí muchas veces y deseaba con todo mi cuerpo ser como Jo, pero había mucho de la forma de ser de Beth con la q me sentía muy identificada.
Ahora q después de mucho tiempo lo releo me causa un poco de extrañeza y apatía Marmee porq creo q en mis primeras lecturas no la tuve en cuenta y Porq en estos momentos veo la vida y las relaciones desde otro lado. Algo q me sorprendió mucho de ésta relectura es q la comparto con mi niña de 5 años q escucha cuando leo en voz alta. Disfruta la historia, saca lo más llamativo de cada hermana y está fascinada con q vivan tantas mujeres juntas.
Ceci

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Mi primera “Mujercitas”
Leí esta novela cuando tenía diez años, me la recomendó mi hermana mayor que me lleva ocho y ya había leído todo lo que tenía que ver con las hermanas March para ese entonces. Recuerdo por esa época haber leído “Corazón” en la colección Estrella de Sigmar y una versión de “Sissi emperatriz” ilustrada en blanco y negro, en esos años eran famosas las dos películas de Romy Schneider y traccionaban a los libros, fuera la versión que fuera. Las March me atraparon de inmediato, tuve el mismo problema que la mayoría: hay dos momentos en la historia que habría preferido no leer nunca: uno, por lo irreversible; el otro, por hacerme perder la ilusión del amor. Recuerdo haber hablado con mi hermana sobre lo que pensaba que era imposible que pasara en una novela como esa, para chicas en el comienzo de su adolescencia. Cuánta ingenuidad, la mía. Ella me explicó que no era así, que la ficción podía ser muy bien como la vida misma.
Hoy encuentro en esta relectura que los momentos mágicos de esa primera vez, sobre todo los capiítulos en los que se arma el relato, están ahí, intocables, redivivos, listos para actualizarse después de cuarenta y cinco años. Comparto esta lectura conjunta además con mi hija que vive en Londres, tiene veintiocho y la está leyendo como una novedad. Mi mirada, por supuesto, es otra. Pero el hecho de poder comentar de este modo una obra de más de ciento cincuenta años me parece una verdadera maravilla. Por muchos desafíos más como este.
SRM, 29/12/19

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La primera vez que leí Mujercitas y toda su saga tenía 9. Estaban en la biblioteca de mi casa, había muchos de la colección Robin Hood. De los 9 a los 12 fue un ritual, los leía todos los años. Y mientras, leía otros de Alcott que había en la biblioteca o que me intercambiaba con una amiga (aunque ella era fan de Anne de los tejados verdes). Me fascinaba estar en la casa de las hermanas March, casi como un Laurie, siempre espiándolas y poniéndome feliz cuando me invitaban. Me parecían medio torre las moralinas pero seguía adelante y por supuesto, identificándome con Jo. De grande descubrí que mi madre se había identificado con Jo, contó que de joven había mandado unos escritos suyos a una radio con el seudónimo de Josephine March. Claro, yo había leído de sus libros, recién en ese momento caí en la cuenta. Si viviera, en 2020 estaría cumpliendo 104 años. Durante el 2019 volví a releer, unos meses atrás, y me volvieron a atrapar. Descubrí la prosa ágil y directa de Alcott y me dije que a lo mejor ahí estaba la clave. La razón por la cual tantos nos dejamos llevar de las narices.
Ángeles Durini

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Leí mujercitas por primera vez cerca de los 12 años
. Vengo de una familia donde abuelas tías y madres son maestras. Mi  madrina   coleccionaba libros de la serie Robin Hood y Billeken. Me acuerdo cuando ví esa mini biblioteca me parecía un tesoro increíble. Y la consigna era que solo podía llevarme un libro a la vez y al terminarlo podía llevar otro. Así que me transforme en un ratón de biblioteca de la noche a la mañana. Como no tenía plata para comprar los libros que faltaban a la colección. Armamos un mini club de lectoras con una amiga y hacíamos circular los libros así podíamos leer el doble por el mismo precio.  La Alcott me enamoró a primera lectura. Leer era como abrir una puerta a otro mundo. Así que me buscaba un rincón aislado y me metía en ese universo. Era como viajar en el tiempo literalmente estaba ahí caminando las calles empedradas. En los carruajes yendo al teatro y los salones literarios, en la boardilla dónde escribía Jo manchandome los dedos con tinta.  Jo me parecía excepcional: su lucha por desarrollarse en un mundo primordialmente  masculino. Su valentía y altruismo. Poner esa escuela en una casona con Baer. Que espíritu!.
Me enamore del siglo XIX y sus luchas. Me transformó la lectura sembró la semilla de un feminismo primitivo pero latente.  Y asentuó el deseo de escribir. Que ya venía de más chica.    Ahora lo estoy releyendo sola. Lo disfrute más de niña. O la versión que tenía me gustaba más. Es otra lectura que no tiene la pulsión de la voracidad ni el tiempo de la infancia.  Me produce extrañeza. Porque es otro lector haciendo otra lectura. Deteniéndose en otras partes me interesa más el contexto que la historia en si. De niña por supuesto las historias de amor las tensiones Jo/Laurie... Laurie/Amy ...  eran el hilo conductor.
Fin.
Clau

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Hola... caminé mi infancia leyendo de todo...
Todo escrito que caía en mis manos era devorado sin pausa y luego, si había posibilidades, releído...
Mi primer “Mujercitas” me llegó primero por mi vecina y luego a través de la biblioteca circulante (si alguien es de Carlos Paz debe recordar los viejos tiempo de “la Siglo XXI”).
No recuerdo cuantas veces la releí, pero por lo menos tres, porque tengo en claro las diferentes presentaciones. Por supuesto una de ellas fue la de Robin Hood  y un par más con gran formato y hermosas ilustraciones.
Las primeras lecturas fueron una ensoñación, un mundo lejano y delicado, hasta la muerte fue un tema tratado con dulzura y cuidado, como lo requería la sensibilidad infantil.
Releer hoy “Mujercitas” y toda la obra de Alcott (me la devoré gracias a las versiones on line) me dejó ver cómo sembró en mí la certeza de que todo es posible y que no hay nada de mayor valor que construir la vida desde los propios valores.
Gracias por esta oportunidad!
Silvia de Villa Santa Cruz del Lago (Empalme a Tanti)

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Continuaremos compartiendo testimonios en otros posts de este blog.

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